martes, 6 de julio de 2010

Tesoro

Gazapos y tropezones

Manuel Corrales Pascual

De la Academia de la Lengua


Don Cristóbal de Covarrubias llamó a su famoso diccionario de nuestra lengua Tesoro de la lengua castellana o española. Lo hizo público por primera vez en 1611. Lo he citado muchas veces en esta columnilla, y lo seguiré citando cuando tenga que rastrear la prosapia y abolengo de muchas de nuestras palabras y giros idiomáticos. Ahora, hace muy poco, el académico y lexicógrafo ecuatoriano Joaquín Córdova Malo publicó la segunda edición de su Diccionario de ecuatoranismos, al que tituló —también en la primera edición (1995)— El habla del Ecuador.

También esta ingente obra lexicográfica de Córdova Malo merece el título de Tesoro. Y vamos a ver por qué. Para ello, como es costumbre de quienes nos entretenemos con cosas del idioma, rastrearé el origen de esta palabra, su etimología.

Nos viene TESORO del griego, a través del latín, como muchas de las voces de nuestra lengua. El vocablo griego "thesaurós" significa, en primer lugar, almacén o depósito; segundamente, cualquier receptáculo en el que se guardan cosas valiosas, arca, cajita o estuche para joya. El latín heredó y latinizó la palabra, conservó sus significados y los enriqueció. La palabra latina "thesaurus" significa: (1) tesoro (escondido, enterrado, oculto); (2) lugar donde se conservan las riquezas, o donde se las almacena. Curiosamente, los latinos llamaban "thesauri" a las celdas donde las abejas guardan la miel, seguramente por lo precioso de este manjar; (3) almacén o depósito. Cicerón, en su tratado Sobre el Orador (De Oratore), dice que la memoria es un "thesaurus" en este último sentido: la memoria es el depósito donde se guardan todas las cosas: thesaurus rerum omnium, memoria.

Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today

Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec Quito, Ecuador

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