sábado, 24 de octubre de 2015

¿Existe el vocablo «enantes»?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
Una palabra existe desde el mismo instante en que un hablante la emplea. En ese momento el vocablo cobra vida. Su existencia no se determina por su inclusión en el Diccionario, sino por el uso.
El adverbio «enantes» se registró en el Diccionario en 1791. Significa ‘hace un instante’, ‘poco tiempo antes’ o ‘recientemente’. No debe usarse para referirse a fechas pasadas, con el sentido de ‘en antes’. En este caso se recomienda «antes».
En la última edición del Diccionario consta «enantes» con la marca de término desusado. También se indica que era empleado como vulgar.
El Diccionario de americanismos lo encasilla como de registro rural, popular y obsoleto. Pero, aunque los académicos perciban y transmitan que «enantes» se emplea en ámbitos poco instruidos, este adverbio es muy común en el habla familiar o coloquial del pueblo ecuatoriano, donde también se usa en diminutivo (enantitos). Se recomienda que se evite en escritos y diálogos formales.
ENANTE
La forma en singular suele aplicarse con los significados anteriores, pero igualmente se registra como adverbio de tiempo en desuso. La grafía «enante» también se refiere a una hierba de tallo grueso que produce hojas como las del apio y frutos en forma de huevo.
ENDENANTES Y DENANTES
En algunos sectores rurales del Ecuador suelen emplearse estos adverbios, aunque están etiquetados como vulgarismos y voces en desuso. (Se actualizó de La esquina del idioma del 17/07/2011).
¿Por qué escriben «papa Francisco» y no «Papa Francisco»?
La Ortografía indica que los nombres de cargos, títulos y tratamientos son sustantivos comunes. Por lo tanto, sin importar el ámbito o el rango, se deben escribir con minúscula estén o no junto al nombre: El papa visitará Ecuador. El papa Francisco visitará Ecuador. Van con mayúscula cuando están al inicio de la frase: Papa Francisco, bienvenido al Ecuador. (F)
FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2014), Diccionario de americanismos (2010) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Dibujo de: Thomas Thorspecken, tomada del blog 
   Analog Artist Digital World
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com 
Guayaquil, Ecuador

domingo, 18 de octubre de 2015

¿La voz «estatuto» se usa solo en singular?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
La palabra «estatuto» es un nombre masculino. Por esa particularidad no cambia el género, pero sí admite su empleo en plural; sobre todo, cuando tiene carácter genérico. Ejemplo: «En Derecho Internacional Privado, el sistema de los estatutos está integrado por el régimen propuesto...» (Cabanellas, 1993).
Si partimos del ámbito legal e, incluso, semántico, la palabra «estatuto» podría funcionar también como nombre colectivo. Y, desde este punto de vista, el plural resultaría redundante. Veamos por qué.
Las acepciones de este sustantivo apuntan al reglamento, ordenanza, régimen jurídico o conjunto de leyes; por lo tanto, es suficiente con decir «el estatuto» para captar perfectamente la idea de un conjunto de normas, artículos u otras disposiciones legales. Ejemplos:
El Estatuto de Roma; Estatuto del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; Estatuto de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Según estas reflexiones, la elección del plural o del singular dependerá del emisor y, por supuesto, del contexto.
¿Es «vía telefónica» o «por vía telefónica»?
La palabra «vía» se usa como preposición cuando antecede a un sustantivo y significa ‘pasando por’ o ‘empleando el medio que se indica’. Ejemplo: Llegó al Ecuador vía Colombia.
La preposición «por» debe preceder a «vía» cuando esta palabra acompaña a un adjetivo y denota ‘el modo o el medio que se usa para un traslado o una comunicación’. Ejemplo: Por vía telefónica se convocó a los asambleístas. (F)
FUENTES:
Diccionario panhispánico de dudas (2005), Nueva gramática de la lengua española (2009), Ortografía de la lengua española (2010) y Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Diccionario jurídico elemental (1993), de Guillermo Cabanellas de las Cuevas.
Dibujo de: Thomas Thorspecken, tomada del blog 
  Analog Artist Digital World
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com 
Guayaquil, Ecuador
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